Adiós, sujetador

Hablemos de tetas. Y si hablamos de tetas tenemos que hablar inevitablemente de sujetadores. Esas piezas de lencería tan sexys, bonitas y a la vez tan incómodas. Que si se te clavan los aros, se te caen los tirantes, te da dolor de espalda, te oprime al respirar... Y esa magnífica sensación de llegar a casa y quitártelo. Qué alivio. Qué liberación después de pasar la jornada comprimida y con molestias... Pero eso sí, las tetas bien arriba todo el día.




Pues eso conmigo ya no va. Hace tres años que dejé de utilizar sujetador y creo que ha sido una de las mejores decisiones que he tomado. Adiós molestias, adiós dolores de espalda y hola libertad. Ahora no me preocupo si en una camiseta queda mal que se vean los tirantes, si con un escote se me ve el sujetador, si se transparenta o si no me conjunta con las bragas. Me atrevería a decir que todo es más sencillo. Pero entiendo perfectamente que no todo el mundo esté de acuerdo con esta decisión y que quede claro que no estoy diciendo que ir sin sujetador sea lo mejor para todas o que todas debamos quemarlo. Cada persona es diferente y debe decidir por voluntad propia si quiere usarlo o no.

Me hace muchísima gracia que la mayoría de chicas cuando ven que no utilizo sostén o directamente lo digo en una conversación, lo primero que me dicen es: "Es malo. Se te van a caer las tetas". En serio, no puedo evitar reírme ante esta respuesta. La verdad es que la gravedad tarde o temprano actúa sobre los pechos y el sujetador no es el único factor que influye en su caída, de hecho hay bastantes; por ejemplo el propio tamaño de los senos (cuanto más grandes, antes se caerán), los ligamentos de Cooper (que son los que mantienen el pecho firme y que con los años pierden su capacidad de sujeción) o las subidas y bajadas de peso. Con esto simplemente quiero aclarar que no está 100% demostrado que usar o no sujetador sea beneficioso o perjudicial para la salud. Todo tiene sus pros y sus contras y como siempre... cada una es libre de determinar qué quiere hacer con su cuerpo.

Por otra parte está la gente que se escandaliza y se incomoda cuando ven dos pezones marcados en una camiseta. He pasado ya mil veces por la situación de encontrarme con miradas de reprobación por esto mismo. A ver, que son dos puntitos y todos tenemos pezones. Tampoco es para tanto. Y si te molesta tienes un problema. Porque yo voy la mar de cómoda y por mucho que mires con cara de sepia no me voy a poner sujetador, porque no me gusta. Me hace sentir incómoda, me corta la respiración y la circulación. Y qué coño, voy a hacer lo que me de la gana, lo apruebes o no. Porque básicamente es mi cuerpo y son mis reglas.


Lo que sí que no voy a tolerar es que se me mire con lascivia y se diga que voy provocando. Ni de coña. Ni de puta coña. Esto sí que me pone de mala hostia. Primero de todo, como yo me vista es cosa mía y desde luego no lo hago para el deleite de tus ojos si no para mí misma. Para sentirme cómoda, sexy, bonita, deportiva o como me salga del kiwi. Y en segundo lugar la cantidad de ropa que lleve no te da derecho a opinar sobre mi cuerpo o sobre mi persona. Como dice Lola Vendetta: "El conflicto no está en la carne que se ve, si no en los ojos que miran". Debemos educar en el respeto. Solo así podremos dejar de sentirnos acosadas por la calle, dejar de tener miedo al volver solas a casa por la noche o poder vestir como queramos sin cohibiciones.

Amo ir sin sujetador. Me hace sentir libre, poderosa, segura de mí misma. Que se note que tengo frío, que se marquen o transparenten los pezones... no creo que sea nada malo o se deba ocultar. Si algo te hace sentir bien, ¿por qué no hacerlo? Al fin y al cabo son los pequeños detalles los que marcan la diferencia. Y a mí me gusta ser diferente.